La llegada de empresas al manejo de instituciones deportivas en Chile ha generado un intenso debate sobre los pros y los contras de este modelo. Mientras algunos ven oportunidades de orden y profesionalización, otros temen por la esencia misma del fútbol. En medio de esta discusión, las opiniones de figuras como Néstor Zanata, ex futbolista y actual entrenador de fútbol, dan luces sobre los diferentes aspectos en juego.
Zanata, quien cuenta con una amplia experiencia en el fútbol argentino y chileno, expresa sus reservas sobre la implementación de sociedades anónimas en el deporte. Para él, este modelo podría minar la identidad de los clubes y relegar a los socios a un papel secundario. «En Argentina, la sociedad anónima es como sacarle el corazón a la esencia del fútbol», afirma Zanata. «Los socios no tienen ni voz ni voto. Se hace uso de ellos solo para vender merchandising y entradas».
No obstante, Zanata reconoce que la sociedad anónima podría ofrecer beneficios en términos de orden y seguridad para quienes trabajan en el fútbol. «Los clubes argentinos, en su mayoría sin fines de lucro, enfrentan problemas financieros y de gestión», señala. «La sociedad anónima podría brindar una estructura más estable».
El ex futbolista también aborda el tema del desarrollo de talento local. Critica la falta de inversión en formación de jóvenes jugadores y señala que la preferencia por contratar extranjeros limita el crecimiento del fútbol chileno. «¿Qué hace la sociedad anónima? En vez de invertir en las inferiores, traen jugadores sub-20 extranjeros ya formados», lamenta.
Al preguntársele sobre su posible regreso a Argentina, Zanata revela su deseo de contribuir al desarrollo del fútbol en su país natal. Sin embargo, descarta involucrarse en empresas de representación y enfatiza su pasión por enseñar y ayudar en el ámbito deportivo. Además, destaca la influencia de los gerentes técnicos en la contratación de jugadores y señala posibles conflictos de interés en la relación entre clubes, representantes y empleados.
