Un reciente estudio llevado a cabo por Federico Czesli, de la ONG «Salvemos al Fútbol”, y Licenciado en Ciencias de la Comunicación, y Diego Murzi, revela las difíciles condiciones en las que se encuentran los jóvenes futbolistas provenientes del interior del país que residen en las pensiones de los clubes de Buenos Aires. Esta investigación, que se suma a los trabajos previos realizados por los expertos en el ámbito futbolístico, arroja luz sobre una realidad muchas veces ignorada.
Según Federico Czesli, quien ha dedicado años a analizar la formación de futbolistas en Argentina, la situación en las pensiones de los clubes porteños varía considerablemente. Algunas son propiedad de los propios clubes, otras están tercerizadas, y también existen pensiones privadas. Esta diversidad de situaciones conlleva a que los jóvenes jugadores enfrenten distintas realidades al llegar a Buenos Aires.
«En algunas pensiones, los chicos tienen que pagar por estar ahí, mientras que en otras la responsabilidad recae sobre el club», señaló Federico. Esto resulta en condiciones de vida dispares, donde la falta de recursos es evidente. Muchos jóvenes se encuentran hacinados en habitaciones compartidas, con comida repetitiva y en ocasiones escasez de elementos básicos como papel higiénico. «No todos los clubes tienen a los jugadores en esas condiciones”, precisó.
La distancia de sus familias agrava aún más la situación, especialmente para los jugadores más jóvenes que no pueden regresar con frecuencia a sus hogares. En este punto expresó: «Los padres tienen que dar una autorización para que los chicos puedan venir a las pensiones y a los clubes”. A pesar de estas condiciones precarias, los jóvenes futbolistas continúan luchando por su sueño de llegar a la primera división.
«La ONG ‘Salvemos al Fútbol’ nació como un espacio para denunciar y pensar políticas públicas ligadas a la violencia en el fútbol.»
La realidad descrita por Federico y respaldada por investigaciones previas de la Defensoría del Niño, Niña y Adolescente de la Ciudad de Buenos Aires, revela una problemática recurrente que afecta a un considerable número de jugadores del interior del país.
Por otro lado, la ONG «Salvemos al Fútbol», de la cual Federico es parte, busca no solo denunciar estas situaciones, sino también trabajar en políticas públicas que aborden no solo la violencia en el fútbol, sino también las condiciones en las que se desarrolla la formación de los futbolistas.
«Todos los años miles de jugadores, miles de chicos sueñan y aspiran a convertirse en futbolistas y justamente por ese sueño se alejan de sus familias, por ese sueño se ponen en situaciones de vulnerabilidad y en muchos casos bueno los ponen verdaderamente en condiciones precarias.»
De tal manera que la investigación de Federico Czesli, y Diego Murzi remarca la importancia de abordar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran muchos jóvenes futbolistas del interior del país que buscan cumplir su sueño en los clubes porteños.
