La intensa búsqueda de Loan Peña, el niño desaparecido desde el 13 de junio, ha dejado a los bomberos de 9 de Julio con una mezcla de frustración y desilusión.
José Ojeda, jefe de bomberos de 9 de Julio, en diálogo con Radio Nordeste, manifestó su opinión sobre la compleja y dolorosa situación que enfrentaron durante los ocho días de búsqueda.
"Nos tomaron el pelo. Estábamos buscando algo que no existía", afirmó Ojeda, reflejando el sentimiento generalizado entre los bomberos que participaron en el operativo. Desde el inicio, la preocupación fue muy grande, lo que llevó a convocar a más personal, sumando un total de 100 bomberos en el operativo.
El jefe de bomberos explicó que se recorrieron 30.000 hectáreas por tierra, agua y cielo, utilizando toda la tecnología disponible. "Toda la tecnología la pusimos al servicio", aseguró Ojeda, pero al final, reconoció que "fue un operativo en vano".
Desde el primer día, los bomberos trabajaron incansablemente, comenzando con la esperanza de que Loan estuviera cerca de su casa. Sin embargo, cuando se dieron cuenta de que la búsqueda se extendía más allá de lo previsto, solicitaron al Centro Único de Operaciones de la provincia de Corrientes que enviara un dron con cámara térmica para ayudar a localizar al niño en la oscuridad.
A medida que avanzaban los días sin resultados, la moral de los equipos de búsqueda comenzó a decaer. "El segundo día tuvimos un bajón anímico", admitió Ojeda. A pesar de estos desafíos, los bomberos persistieron, convencidos de que Loan aún podía estar en el área. "Si el niño estaba en el lugar, el hallazgo se hubiera dado en horas", dijo Ojeda, subrayando la eficiencia y dedicación del equipo.
Una de las mayores decepciones para los bomberos fue descubrir que una de las pistas clave, la zapatilla de Loan, había sido plantado deliberadamente. "Imagínense que para nosotros era, por decirlo así, una alegría tener una prueba más para seguir buscando y resulta que se había puesto el botín a propósito", comentó Ojeda.
La situación se complicó aún más con la controversia alrededor del árbol de naranjas, que resultó ser una especie no comestible y sin frutos. "Revisando el lugar no encontramos ni cáscara ni fruta de naranja", mencionó Ojeda, cuestionando la veracidad de las pistas que les llevaron a buscar en esa área específica.
A lo largo de la búsqueda, los bomberos también enfrentaron la sospecha de que alguien estaba trabajando en su contra. "Estaban trabajando en contra de nosotros", dijo Ojeda, refiriéndose a la posible implicación de un comisario local en la desaparición del niño. Este sentimiento de traición y engaño fue un golpe duro para los bomberos, que habían puesto todo su esfuerzo en encontrar a Loan.
La incertidumbre sobre el paradero de Loan sigue siendo una carga pesada para el equipo de búsqueda y la comunidad en general. "Espero que alguien se quiebre", expresó Ojeda, con la esperanza de que alguna de las personas involucradas en el caso finalmente revele información crucial.