La asamblea del PRO terminó en un caos cuando los partidarios de Bullrich se retiraron, denunciando la ruptura de acuerdos previos por parte de Macri. La relación con Milei sigue generando divisiones
Los representantes del bullrichismo pegaron el portazo del encuentro que iba a definir las nuevas autoridades. Cuestionan la decisión del ex presidente de romper un acuerdo que dejaba a la ministra como presidenta de ese órgano deliberativo del partido. De fondo, está la tensión con Milei.
Se consumó una ruptura inevitable. La mayoría que responde al ex presidente Mauricio Macri en la Asamblea del PRO resolvió desconocer acuerdos previos y marginó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de la conducción de ese cuerpo deliberativo. La decisión terminó en lo previsible: gritos, quejas y el portazo de los dirigentes que responden a la dirigente alineada sin matices con Javier Milei.
El encuentro en la zona del Abasto porteño se convirtió en un verdadero escándalo. Gritos, acusaciones y reproches se entrecruzaron entre la primera línea de conducción del partido. La relación entre el líder del PRO y el Presidente de la Nación se ha vuelto indisimulablemente áspera. La aprobación de la Ley Bases marcó un punto de inflexión en el vínculo que los dos dirigentes habían cultivado. Aun dentro de un mismo horizonte ideológico, esta semana puso sobre la mesa las diferencias que distancian al ex presidente del Gobierno libertario.
Antes de que se consumara esta fractura, Patricia Bullrich difundió una carta donde explicó su posición: “El debate que quiero dar en el PRO no es un debate de cargos, es mucho más profundo: es un debate de rumbo. No vamos a dar marcha atrás. Decidimos apoyar a Javier Milei porque si el cambio no se daba ahora, nos hundíamos. Y en 6 meses ya vemos un cambio inédito, conseguido contra viento y marea”. La frase más fuerte que planteó y que llegó a los títulos de los diarios fue: “No podemos quedarnos, una vez más, a mitad de camino”.
En la reunión en el Hotel Abasto, los cruces se agravaron cuando se confirmó lo que era un secreto a voces: la mayoría absoluta que responde a Macri iba a postular al diputado y ex intendente de Pinamar, Martín Yeza, desconociendo la propuesta de Bullrich para ese cargo. Hubo gritos, discusiones, quejas y un portazo. Los representantes bullrichistas se trasladaron a un bar cercano y allí esperaron a la ministra, quien tras unos minutos de conversación, se retiró con un mensaje contundente: “Se quedaron con un partido chiquito”.
Desde hace varios días, en el macrismo deslizaban que tras la aprobación de la Ley Bases, el ex presidente subiría el perfil y comenzaría a marcar diferencias con Milei. Primero, con un duro informe de la Fundación Pensar, think tank del PRO que preside María Eugenia Vidal, que respaldó el rumbo económico de Milei pero señaló críticas difíciles de digerir para la administración libertaria. Ayer, Macri profundizó esa diferenciación con un tuit reclamando a Milei los fondos de la coparticipación que la Nación le adeuda a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), un gesto de sintonía política con su primo, Jorge Macri, pero también un tirón de orejas en público al Jefe de Estado.
El desembarco de Martín Yeza en la Asamblea consuma el proceso de ordenamiento interno para dar paso, formalmente, a conversaciones políticas con el Presidente desde una instancia de “autonomía” decisional del PRO. Macri rechaza el concepto de "fusión" con los libertarios porque entiende que implicaría la disolución del PRO. En cambio, trabaja para “volver al origen” y lograr que su bandera política llegue a 2025 de pie para discutir el armado de las listas con voz propia. En el Gobierno, Patricia Bullrich lidera el proceso de integración con La Libertad Avanza, consolidando la fractura con Macri.