Más de 17.000 aficionados podrían verse afectados por la potencial derogación de una ley que regula y protege la práctica de la colombofilia.
La reciente revisión de leyes impulsadas por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, ha puesto en el centro de la polémica a una actividad poco conocida pero con larga tradición en el país: la colombofilia. La posible derogación de la Ley 27.171, que regula y protege esta práctica, ha generado inquietud entre los miles de aficionados que se dedican a la cría y entrenamiento de palomas mensajeras.
Federico Busch, miembro de la Federación Colombófila Argentina, expresó en diálogo con Radio Nordeste su preocupación: "Nos trajo un sentimiento raro, porque es una ley que no perjudica ni beneficia a nadie ni a nada, simplemente rige nuestra actividad y le da protección a los animales".
La colombofilia, que cuenta con aproximadamente 17.000 practicantes en Argentina, no representa gastos para el Estado. Busch afirma: "La Federación Colombófila Argentina es una entidad absolutamente independiente de la economía de las arcas del Estado. Tiene sus fondos, genera sus fondos mediante las actividades que hacemos".
La ley en cuestión, promulgada en 2015, no solo regula la actividad sino que también establece medidas de protección para las palomas mensajeras. "Es una ley antes que nada de protección animal", señala Busch, destacando su importancia para prevenir el maltrato de estas aves.
Algunos observadores sugieren que la revisión de esta ley podría tener motivaciones políticas, dado que fue impulsada durante el gobierno anterior. Sin embargo, Busch insiste en que "la colombofilia no tiene bandera política, más que nada es una cuestión deportiva".
La actividad, aunque nicho, tiene relevancia internacional. "Hemos ganado varios mundiales como Argentina, representando a la Argentina. Palomas de Argentina que se llevaron a otras partes del mundo y hemos ganado varios mundiales, estamos muy bien vistos a nivel mundial", explica Busch.
Los colombófilos argentinos esperan que el gobierno reconsidere la posible derogación de la ley, argumentando que no representa un costo para el Estado y que, por el contrario, genera cierta actividad económica en sectores como la alimentación especializada y la atención veterinaria para las palomas.
Mientras tanto, la comunidad colombófila permanece a la expectativa, defendiendo una pasión que, según ellos, no solo es inofensiva sino que también contribuye a la protección animal y al prestigio deportivo del país en competencias internacionales.