El gobierno provincial aplazó por cinco años la prohibición del uso de glifosato establecida en la ley de promoción de bioinsumos. Determinó sin embargo, que el uso de este herbicida estará autorizado solamente para aquellos productores que acrediten la necesidad de usarlo para cumplir con exigencias de mercado. Quienes se acojan a la prórroga deberán además presentar un plan de transición hacia métodos más amigables.
El año pasado la Legislatura provincial sancionó una ley con el objetivo de promocionar el uso de bioinsumos, inocuos para el medio ambiente y la salud humana, en reemplazo de agroquímicos en el ámbito de la producción agropecuaria. Dicha ley establecía una prohibición expresa del uso de glifosato, el herbicida más extensamente usado en el mundo, que debería regir a partir del año próximo.
En respuesta a los cuestionamientos planteados por varias asociaciones relacionadas a la actividad productiva, el Ejecutivo provincial decidió postergar dicha prohibición por un lapso de cinco años, contados desde la publicación del decreto. Sin embargo, estableció una serie de limitaciones al uso del herbicida.
La primera condición establece que solo podrán adherirse aquellos productores que necesiten utilizar el glifosato para cumplir con exigencias de mercado y deberán justificarlo con documentación que acredite tales exigencias. Además, deberán presentar “un plan de transición hacia métodos más amigables con el ambiente”.
El ministerio del Agro habilitará un registro al que deberán inscribirse todos los que pretendan acogerse a la prórroga en el uso de glifosato efectos de construir una base de datos que permita comprobar el seguimiento y cumplimiento de los protocolos estandarizados de certificación para la comercialización de la producción, teniendo en cuenta la información presentada por los comerciantes y productores.
Una vez que el productor se haya incorporado al registro, el ministerio del Agro deberá limitar la superficie en la que cada productor podrá usar el glifosato y la cantidad que podrá aplicar, promoviendo la combinación con otros sistemas de control de malezas.
Además, el productor que utilice el mencionado agroquímico, deberá desarrollar medidas de mitigación de los daños consecuentes, por ejemplo aplicar productos de biotecnología que promuevan la descomposición de los metabolitos resultantes de la aplicación del glifosato.