La relación entre la alimentación y el estado de ánimo es un tema de creciente interés en el campo de la nutrición deportiva. En una entrevista en Noticiero 9, la nutricionista deportiva Agostina Pérez Chávez profundizó en cómo nuestras emociones pueden influir significativamente en nuestros hábitos alimentarios y, por ende, en nuestro bienestar general.
Según Agostina Pérez Chávez, la nutrición emocional es un concepto fundamental para entender cómo nuestras emociones afectan nuestra conducta alimentaria. "La nutrición emocional detalla cómo las emociones influyen en la conducta que tenemos con los alimentos", explicó Pérez Chávez. Este enfoque no solo investiga qué comemos, sino también cómo y por qué lo hacemos. "La alimentación no es solo una manera de satisfacer una necesidad o de obtener energía, sino que también tiene un aspecto emocional y psicológico muy importante", agregó.
Las emociones pueden desempeñar un papel crucial en la selección de los alimentos. Según Pérez Chávez, cuando estamos experimentando emociones negativas como la frustración o el estrés, es común buscar consuelo en la comida. "Muchas veces el alimento pasa a ser una forma de lidiar con estas emociones negativas. Algunas personas pueden tener poco apetito, mientras que otras pueden experimentar un aumento en el apetito, especialmente por alimentos más calóricos", comentó.
Por otro lado, la nutricionista también advierte sobre ciertos alimentos que pueden exacerbar el malestar emocional. "Es importante evitar alimentos que potencien emociones negativas. Por ejemplo, la cafeína puede estimular el sistema nervioso y aumentar la irritabilidad", señaló Pérez Chávez. Ella destaca que, aunque la cafeína puede ser utilizada para mejorar el rendimiento, su consumo excesivo puede tener efectos contraproducentes en momentos de estrés o nerviosismo.
El estrés es una causa común de alteraciones en la alimentación, y Pérez Chávez ofrece consejos prácticos para manejarlo. "Cuando estamos estresados, a menudo buscamos alimentos ricos en azúcares y grasas, que ofrecen un placer momentáneo. Este placer puede ser adictivo y provocar un ciclo de consumo que no resuelve el estrés, sino que lo perpetúa", explicó. En lugar de recurrir a estos alimentos, la nutricionista sugiere mantener una alimentación equilibrada que incluya todos los nutrientes necesarios.
Para quienes realizan actividad física, especialmente como una estrategia para manejar el estrés, Pérez Chávez recomienda una dieta equilibrada. "Es crucial consumir una variedad de alimentos que proporcionen todos los nutrientes necesarios. Opta por carbohidratos integrales, como cereales y pan integral, y asegúrate de incluir frutas, verduras y proteínas magras en tu dieta", sugirió.
Cuando se trata de ajustar la alimentación para complementar la actividad física, especialmente en casos donde el ejercicio se realiza por prescripción psicológica, Pérez Chávez destaca la importancia de entender la relación individual con la comida. "Es esencial indagar cómo se relaciona cada persona con los alimentos. Fomentar una relación saludable con la comida y evitar utilizarla como un medio para canalizar emociones es fundamental", concluyó.