En el marco de la campaña nacional de la Fundación Varkey, una iniciativa destinada a reconocer y valorar la labor docente en todo el país, Gloria Cisneros, una docente chaqueña, ha sido seleccionada como una de las cinco finalistas entre más de 350 nominaciones. La campaña busca visibilizar a educadores que han marcado vidas, y Gloria, con su historia de entrega y sacrificio, es un claro ejemplo de ello.
Gloria Cisneros, de 38 años, vive en Taco Pozo y desde hace 8 años realiza un viaje tan extraordinario como su vocación. Cada lunes, sube a su moto Motomel 150 y emprende un trayecto de dos horas hasta la Escuela N° 793 "Don Carlos Arnaldo Jaime", ubicada en el paraje La Sara, en el impenetrable chaqueño. Allí no solo enseña, sino que también limpia, organiza y mantiene viva la comunidad educativa. Se queda toda la semana en la escuela y, con su esfuerzo, ha logrado escolarizar a todos los niños de los parajes que forman parte de su jurisdicción.
"Es un gran honor ser parte de los finalistas y representar al Chaco y a nuestras escuelas rurales", comentó Gloria con una humildad que esconde la magnitud de su labor. "Ser docente rural implica muchas cosas: no solo enseñar, sino estar dispuesta a dar una solución a los problemas de la comunidad, porque acá, muchas veces, la escuela es el centro de todo".
En su escuela, Gloria es más que una maestra. Además de enseñar a los 15 alumnos de primaria, se encarga de los niños de entre 3 y 5 años, quienes asisten en contraturno para aprender a leer y escribir. "Los recibo fuera del horario escolar porque no tenemos una sección de nivel inicial, pero quiero que cuando lleguen a primer grado ya sepan leer y escribir. Es importante que estén preparados para enfrentar su educación desde el comienzo", comentó Gloria, destacando el esfuerzo que pone para que ningún niño quede atrás.
Su labor no se detiene ahí. Gloria también asume las tareas de mantenimiento de la escuela: "No tenemos personal de limpieza, así que también me encargo de eso. Los docentes rurales somos todo: maestros, directores, secretarios y encargados de la limpieza. Es un desafío, pero uno lo hace con amor, porque sabe que está ayudando a su comunidad".
La falta de agua potable es otro de los grandes retos que enfrenta la escuela. "Aquí, el agua de las perforaciones es salada, así que solo podemos usar agua de lluvia o la que nos envía el Estado. Es complicado, pero siempre hay personas o empresas que colaboran y ayudan a los niños cuando lo necesitamos", explicó. A pesar de estas dificultades, Gloria celebró los pequeños logros: "Hace poco nos cambiaron las baterías de los paneles solares, y ahora funcionan de maravilla. Eso es un alivio porque la energía es fundamental para todo lo que hacemos aquí".
El impacto de Gloria va más allá del aula. Además de su rol como educadora, gestiona becas para estudiantes de diferentes niveles, desde primaria hasta universitario, asegurando que los jóvenes de la zona tengan oportunidades de continuar sus estudios. "Tengo alumnos becados en diferentes lugares, incluso en la Universidad Nacional de Salta. Mi misión es motivarlos a seguir adelante, a no rendirse. Ellos saben que pueden contar conmigo para acompañarlos en este camino", señaló emocionada.
La vocación de Gloria no ha pasado desapercibida. Su reconocimiento en la campaña nacional es, como ella misma lo describió, "un honor que comparto con todos los docentes rurales que, día a día, nos enfrentamos a caminos difíciles y desafíos enormes. Somos más de 30 los que recorremos estos parajes, lejos de la capital, y cada uno está dando lo mejor de sí para que nuestros chicos tengan un futuro mejor".
Finalmente, Gloria reflexionó sobre lo que significa este reconocimiento para ella: "Cuando me dijeron que estaba nominada, hice un parate y miré hacia atrás. Me di cuenta de cuántas cosas hemos logrado juntos. Son muchas las dificultades, pero también muchas las alegrías. Este trabajo es mi vida, y mientras pueda seguir ayudando a estos niños a soñar y alcanzar sus metas, seguiré aquí, viajando cada lunes y volviendo cada viernes".
La historia de Gloria Cisneros, que será exhibida en miles de espacios públicos a lo largo del mes de la educación, es un recordatorio conmovedor del valor de la vocación docente y del impacto que una sola persona puede tener en una comunidad entera.