Economía, política exterior y, especialmente, inmigración, dominaron la discusión a menos de dos meses de las elecciones
Donald Trump y Kamala Harris protagonizaron un acalorado debate de 90 minutos en Filadelfia, marcando su primer enfrentamiento directo en la carrera hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 5 de noviembre. Los candidatos abordaron temas cruciales como la economía, la inmigración y la política exterior, buscando captar la atención de los votantes indecisos.
En materia económica, Harris propuso nuevas medidas, distanciándose sutilmente de la administración Biden, mientras Trump criticó duramente la gestión demócrata, acusándola de generar una inflación histórica.
El debate se tornó particularmente tenso al abordar el tema del aborto, con Harris defendiendo los derechos reproductivos de las mujeres y Trump manteniendo su postura conservadora. En política exterior, los candidatos chocaron sobre la guerra en Ucrania y las relaciones con Rusia, con Harris acusando a Trump de ser demasiado cercano a Putin.
En materia migratoria, el debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris puso de manifiesto las profundas diferencias en sus enfoques. Trump atacó duramente la gestión migratoria de la administración Biden-Harris, acusándola de permitir la entrada de "millones de personas" al país. El candidato republicano hizo declaraciones polémicas y sin respaldo empírico sobre la situación en algunas ciudades, llegando a afirmar que en Springfield "se están comiendo a los perros y gatos". Además, aseguró que entre los inmigrantes hay personas provenientes de "prisiones, cárceles e instituciones mentales".
Por su parte, Harris optó por una estrategia más contenida frente a estas acusaciones, manteniendo una postura silenciosa y una sonrisa congelada. La vicepresidenta demócrata, quien anteriormente había intentado abordar la crisis migratoria regional con resultados limitados, no ofreció una respuesta directa a las afirmaciones de Trump ni propuso una hoja de ruta clara para manejar la situación.
El debate sobre inmigración alcanzó su punto álgido cuando Trump realizó una comparación controvertida, sugiriendo que bajo el liderazgo de Harris, Estados Unidos "va a terminar siendo Venezuela con esteroides". Esta declaración subraya la retórica alarmista que el candidato republicano ha empleado consistentemente en torno al tema migratorio.
Al cierre del debate, Harris se presentó como una candidata para todos los estadounidenses, mientras que Trump optó por un ataque directo, calificando a Harris como "la peor vicepresidente de EEUU". Este encuentro reflejó las profundas divisiones en la política estadounidense y estableció el tono para los últimos dos meses de campaña antes de las elecciones de noviembre.