Por Dr. Ernesto Illiovich | El médico Ernesto Illiovich aborda los avances en el tratamiento del VIH/SIDA, enfatiza la importancia del diagnóstico precoz y llama a combatir el estigma asociado a esta condición.
En mi experiencia como médico, he notado que aún persisten muchos mitos y estigmas alrededor del VIH y el SIDA. Es crucial que, como sociedad, abordemos este tema con conocimiento y empatía. El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) no son lo mismo, aunque están relacionados.
El VIH es un virus que afecta al sistema inmunológico, específicamente a los linfocitos, células cruciales en nuestra defensa contra enfermedades. Se transmite principalmente por vía sexual, sanguínea, y de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia. Es importante destacar que, con los avances médicos actuales, una madre VIH positiva puede tener un hijo sano si recibe el tratamiento adecuado.
El SIDA, por otro lado, es la etapa avanzada de la infección por VIH, que ocurre cuando el sistema inmunológico está severamente comprometido. Sin tratamiento, el VIH puede progresar a SIDA en aproximadamente 7-10 años, aumentando la vulnerabilidad a infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer.
Un aspecto crucial que quiero enfatizar es la importancia del diagnóstico precoz. Todas las personas deberían realizarse al menos una vez en la vida la prueba de VIH, especialmente si han tenido relaciones sexuales sin protección o pertenecen a grupos de mayor riesgo. El diagnóstico temprano permite iniciar el tratamiento antirretroviral, que no solo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también reduce significativamente el riesgo de transmisión.
Es alentador ver cómo el tratamiento ha evolucionado. Hoy en día, el VIH se ha convertido en una enfermedad crónica manejable. Con el tratamiento adecuado, las personas con VIH pueden llevar vidas largas y saludables. Sin embargo, es fundamental continuar con la prevención y la educación.
En nuestra provincia del Chaco, contamos con excelentes servicios de salud pública que ofrecen tratamiento gratuito, atención psicológica y social. El programa de atención a pacientes con VIH, dirigido por profesionales dedicados, es un ejemplo de cómo el sistema de salud puede responder efectivamente a esta problemática.
Quiero hacer un llamado especial a los jóvenes: la prevención es clave. El uso consistente del preservativo y la realización de pruebas regulares son fundamentales. Además, es importante saber que existen tratamientos post-exposición que pueden prevenir la infección si se administran dentro de las 72 horas después de una posible exposición al virus.
Finalmente, debemos combatir el estigma asociado al VIH y SIDA. Este estigma no solo afecta la salud mental de las personas que viven con VIH, sino que también puede disuadir a otros de buscar pruebas y tratamiento. Es responsabilidad de todos nosotros educar, concientizar y apoyar a quienes viven con VIH.
