Ángel Deldó, capitán de la Selección Argentina de Fútbol para Ciegos, conocida como "Los Murciélagos", regresó recientemente de los Juegos Paralímpicos de París 2024 con una medalla de plata en su haber. En una entrevista, Deldó compartió su emoción y los desafíos que ha enfrentado a lo largo de su carrera.
"Estoy contento y feliz por haber cumplido uno de los objetivos que me propuse", afirmó Deldó. Sin embargo, reconoció que la cercanía con la medalla de oro dejó un "sabor amargo" tras el torneo. "Creíamos que era el momento, pero no se dio. Esa bronca es normal cuando se busca un objetivo tan alto", dijo.
El jugador destacó la importancia de transmitir a los más jóvenes del equipo el valor de ser parte de los Juegos Paralímpicos. "Es un dolor grande no haber conseguido la medalla dorada, pero a medida que pasen los días, se darán cuenta de lo que significa ser medallista paralímpico", comentó. Deldó, quien ha sido campeón del mundo y de América, consideró que este logro también representa un reconocimiento al esfuerzo diario de todos los integrantes del equipo.
"Siempre intentamos dejar bien representado a nuestro país. Este ciclo olímpico se cierra con un logro muy importante", expresó Deldó, enfatizando que la medalla de plata se convertirá en oro con el tiempo.
El capitán también reflexionó sobre su trayectoria personal, mencionando que su experiencia de perder la vista no lo detuvo. "El pilar fundamental es la familia. Con su apoyo, todo se hace más fácil", aseguró. Además, Deldó resaltó la necesidad de involucrar a las personas con discapacidad en la sociedad, señalando que "todos merecemos las mismas oportunidades".
En su futuro, Deldó se muestra comprometido con su labor social. "Quiero trabajar con la Fundación Socha para ayudar a personas con discapacidad", reveló. También está planeando dar charlas motivacionales para inspirar a otros a no rendirse ante las dificultades.
Por último, dejó un mensaje claro para todos: "El trabajo, la humildad y la perseverancia son claves. Los objetivos pueden tardar en llegar, pero nunca hay que bajar los brazos", concluyó Deldó, un ejemplo de resiliencia y superación.