La alarmante cifra de un aumento del 40% en los contagios de sífilis en el último año me lleva a reflexionar sobre el estado actual de la salud sexual en nuestra sociedad. Como médico, siento la responsabilidad de informar y concientizar a la población, especialmente a los jóvenes de entre 15 y 34 años, que son los más afectados por esta infección de transmisión sexual (ITS).
Por Dr. Ernesto Iliovich - Médico (MP 4385).
La alarmante cifra de un aumento del 40% en los contagios de sífilis en el último año me lleva a reflexionar sobre el estado actual de la salud sexual en nuestra sociedad. Como médico, siento la responsabilidad de informar y concientizar a la población, especialmente a los jóvenes de entre 15 y 34 años, que son los más afectados por esta infección de transmisión sexual (ITS).
La sífilis, causada por una bacteria, no es un tema nuevo. Desde hace siglos, ha existido como una sombra acechante que, a pesar de los avances en la medicina, sigue afectando a nuestra comunidad. Es una enfermedad que se transmite principalmente a través de relaciones sexuales sin protección, lo que subraya la importancia de la prevención. A menudo, las personas infectadas no presentan síntomas inmediatos, lo que complica aún más la detección y el tratamiento temprano. Es por esto que muchos creen erróneamente que están "curados" tras la desaparición de las lesiones, cuando en realidad, la bacteria puede permanecer latente en el organismo durante años.
No podemos ignorar que este aumento en los contagios refleja un fracaso en la educación y en la práctica de hábitos seguros en la vida sexual. La falta de uso de preservativos en relaciones sexuales ocasionales es un factor determinante. Además, la estigmatización en torno a las ITS puede llevar a que las personas eviten buscar atención médica por temor a ser juzgadas. Esta percepción errónea debe cambiar; hablar sobre sífilis y otras ITS es crucial para nuestra salud.
El contagio también puede ocurrir de madre a hijo durante el embarazo, lo que significa que la prevención no solo es una responsabilidad individual, sino también colectiva. La tasa de sífilis congénita es preocupante y necesita atención urgente. Las mujeres embarazadas deben someterse a controles regulares y realizarse pruebas de sífilis y otras infecciones. El diagnóstico y tratamiento a tiempo pueden prevenir complicaciones graves en el recién nacido.
La sífilis es tratable y curable con antibióticos, especialmente con penicilina, un hecho que debe ser ampliamente difundido. Sin embargo, el verdadero desafío radica en la prevención. Necesitamos crear un entorno en el que hablar sobre salud sexual no sea tabú. Como comunidad, debemos fomentar una cultura de prevención, donde el uso de métodos anticonceptivos y las pruebas regulares sean parte de nuestra rutina de salud.
Los profesionales de la salud también tienen un papel crucial en esta lucha. Debemos ser proactivos en la educación de nuestros pacientes, ofreciendo información clara y sin prejuicios. La salud sexual debe ser abordada de manera integral, como un aspecto fundamental de la salud general de una persona.
