En el programa de Susana Giménez, el presidente se refirió a la relación comercial con el gigante asiático. Además, defendió sus políticas económicas y criticó la agenda de la ONU
En una entrevista televisiva con Susana Giménez, el presidente argentino Javier Milei reveló planes para visitar China en enero para la cumbre de la CELAC, destacando el papel del gigante asiático como un valioso socio comercial. Milei elogió el enfoque no intervencionista de China, afirmando: "No exigen nada, solo piden que no los molesten". Este anuncio sorprende, dado el previo alineamiento de Milei con las democracias occidentales.
El mandatario defendió las políticas económicas de su administración, asegurando que el país había tocado fondo entre abril y mayo, con una recuperación en el horizonte. Milei resaltó mejoras en los valores de las jubilaciones, afirmando que se habían triplicado en términos de dólares y superado la inflación. Reconoció los desafíos de revertir décadas de mala gestión económica, pero expresó optimismo sobre las perspectivas futuras.
Refiriéndose a su reciente discurso ante la Asamblea General de la ONU, Milei reafirmó su crítica a lo que denominó la "agenda socialista" promovida por la organización. Acusó a la ONU de desviarse de sus principios fundacionales y rechazó la idea de un gobierno supranacional. La postura sin disculpas del presidente sobre estos temas ha generado controversia en el escenario internacional.
El giro de Milei hacia China ha levantado cejas en Washington, potencialmente tensando las relaciones con Estados Unidos. Las recientes reuniones del gobierno argentino con funcionarios chinos para discutir acuerdos estratégicos e inversiones en minería de litio y cobre han suscitado preocupación en la Casa Blanca. Este acto de equilibrio diplomático entre EE.UU. y China podría presentar desafíos para la política exterior de Argentina en el futuro, independientemente de quién ocupe el Despacho Oval.