En las primeras horas del 1 de octubre, Irán lanzó un ataque masivo con casi 200 misiles dirigidos hacia Israel, provocando la activación inmediata del sistema de defensa antimisiles ‘Domo de Hierro’. Según Daniel Hagari, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el sistema interceptó “un gran número” de los proyectiles, y hasta el momento no se han reportado víctimas. Sin embargo, las autoridades israelíes continúan evaluando el impacto en varias áreas del centro y sur del país.
Este ataque llega en un contexto de alta tensión en el Medio Oriente, donde Israel enfrenta múltiples amenazas, no solo desde Irán sino también desde Líbano. En respuesta a los ataques de Hezbollah desde territorio libanés, las FDI han intensificado su ofensiva con más de 70 incursiones destinadas a neutralizar posiciones estratégicas de la milicia, en un intento por reducir los ataques de misiles que ya han forzado el desplazamiento de unas 60.000 personas en el norte de Israel.
El contralmirante Daniel Hagari advirtió que el ataque de Irán no quedará sin respuesta, asegurando que Israel responderá “en el momento y lugar que considere adecuado”. Además, señaló que las fuerzas israelíes están en máxima alerta tanto en defensa como en ofensiva.
Como medida de precaución, Israel, junto con Irak y Jordania, ha cerrado su espacio aéreo para evitar riesgos adicionales, desviando vuelos hacia otros destinos.
Mientras las tensiones aumentan, Estados Unidos ha instado a Israel a limitar el alcance territorial de su incursión en Líbano para evitar una guerra total en la región.