En un emotivo encuentro en los estudios de Canal 9, Miguel Aranda, exarquero del Club Atlético Villa Alvear, compartió sus memorias de los años dorados del fútbol chaqueño. A sus 87 años, Aranda recordó con detalle sus inicios y su pasión inquebrantable por el deporte que lo llevó a defender el arco del Funebrero durante dos décadas, de 1956 a 1976.
"Comencé a jugar a la edad de 14 años en las divisiones inferiores", contó Aranda. Su debut en la primera división de Villa Alvear ocurrió rápidamente, tras una lesión del arquero titular. "Los dirigentes de la comisión me propusieron si me animaba a jugar en primera. Yo tenía solo 16 años, pero acepté el desafío", recordó.
El exarquero revivió aquellos partidos en las canchas emblemáticas de Resistencia, como la de Forever y la de Sarmiento, ubicadas en calles históricas de la ciudad. "Esas dos canchas eran las más populares. Jugar en ellas y sentir el apoyo de la hinchada era lo más emocionante que uno podía vivir", expresó.
Aranda también recordó el fútbol de su época y la exigencia física de aquellos años. "La pelota era de cuero, pesada, y en las mañanas de domingo, con el rocío en el pasto, se hacía aún más difícil. Me sentaron varias veces de pelotazo, ¡pesaba mucho!", comentó entre risas.
Al ser consultado sobre qué consejo daría a las nuevas generaciones, Aranda fue claro: "A los jóvenes les diría que practiquen el deporte que les guste. Les da salud, amigos y vida".
Por último, Aranda reflexionó sobre cómo le gustaría ser recordado. "Yo jugué al fútbol porque fue mi pasión. No me considero una estrella, pero agradezco a todas las personas que me conocen y recuerdan mi trayectoria".
Miguel Aranda, con sus 87 años, es historia viva de la Liga Chaqueña y de Villa Alvear, un emblema del fútbol chaqueño que dejó huella en todos aquellos que lo vieron defender el arco del Funebrero, no solo por sus atajadas, sino por su humildad y pasión incansable.