El joven luchador chaqueño Juan Monzón sigue consolidándose como una de las promesas más destacadas del Kickboxing a nivel nacional. Con tan solo 16 años, Monzón acaba de lograr un lugar en el podio del torneo American Championships realizado en Santiago de Chile, destacando por su disciplina y esfuerzo constante.
Monzón comenzó su carrera en las artes marciales a los 3 años, iniciándose en el Taekwondo, una disciplina que practicó hasta los 12. "Empecé con Taekwondo por mi papá, que ya estaba involucrado en las artes marciales", comentó el joven atleta en los estudios de Noticiero 9. Sin embargo, fue la pandemia la que lo llevó a tomar un breve receso en su formación. "Cuando la pandemia comenzó, dejé el Taekwondo y me tomé un tiempo", recordó.
A los 14 años, comenzó a explorar otras disciplinas como el Jiu Jitsu y el Boxeo, pero fue hace aproximadamente un año cuando decidió sumergirse completamente en el Kickboxing, una disciplina que le ha permitido desarrollar nuevas habilidades y combinar lo aprendido de otras artes marciales. "Para llegar a las MMA (Artes Marciales Mixtas), hay que tener una base sólida en varias disciplinas. El Kickboxing, el Jiu Jitsu, el Boxeo, el Taekwondo… cada arte marcial aporta algo único", aseguró Monzón, quien sueña con llegar a competir en las MMA en un futuro cercano.
El reciente campeonato en Chile representó un desafío adicional para Monzón. Participó como visitante, enfrentándose a rivales locales en un ambiente con un arbitraje que muchos consideran sesgado a favor de los competidores chilenos. Sin embargo, su fortaleza mental y preparación fueron claves para su desempeño. "Estaba mentalmente fuerte, sabía lo que había entrenado y confiaba en mi preparación. El hecho de estar de visitante no me afectó, me sentí tranquilo, a pesar de los nervios", afirmó el luchador.
El esfuerzo constante, la disciplina en los entrenamientos y los sacrificios diarios han sido fundamentales para su éxito. Monzón entrena todos los días en la Academia Juan Vicente, donde afina sus habilidades, mientras equilibra su formación deportiva con sus estudios en la escuela secundaria, en la modalidad técnica industrial. "El entrenamiento de alto rendimiento demanda mucho tiempo y sacrificios. A veces es difícil equilibrar los estudios y el deporte, pero en la escuela me ayudaron a organizarme bien con mis horarios", explicó.
Además de su esfuerzo personal, Monzón no olvida el apoyo que ha recibido a lo largo de su carrera. "Mi papá ha sido clave en mi proceso, no solo me apoyó en cada torneo, sino que me enseñó muchas cosas, y mi mamá, mi hermano y mis amigos también estuvieron siempre a mi lado. Estoy muy agradecido con todos", destacó.