Después de tres años de sequía severa, las lluvias llegaron al noroeste de Santa Fe, específicamente a las zonas de Vera, 9 de Julio y General Obligado, marcando un alivio importante para el sector productivo. Sin embargo, mientras la ganadería se beneficia plenamente, algunos cultivos enfrentan complicaciones debido al exceso de agua.
El ingeniero agrónomo Carlos González describió el impacto de este cambio climático en la región. “Venimos con tres años de déficit hídrico, sequías, como bien se sabe, prácticamente en el noroeste del país. Entonces, en esta parte, no ha repercutido tanto hasta ahora el hecho de que haya grandes precipitaciones porque el perfil estaba con poco contenido hídrico. Ahora sirve para recargar el perfil”, explicó.
No obstante, algunas zonas registraron lluvias intensas, con efectos negativos en cultivos. “Por ejemplo, hoy esta mañana llovieron 215 milímetros en Vitaminitis, que es la parte del domo occidental productivo de este departamento. Eso afecta porque los cultivos que ya estaban sembrados y en estado cotiledonar pueden verse dañados; el exceso de agua mata la plantita”, detalló González.
Por otra parte, el panorama es positivo para la ganadería. “En la parte ganadera, esto viene muy bien. Los pozos de agua y las represas estaban prácticamente vacías. Ahora, con estas lluvias, están recargando los niveles, lo cual es clave en esta región que es parte de los bajos submeridionales”, señaló el ingeniero.
El pronóstico climático también genera expectativas. Según González, las proyecciones iniciales indicaban un patrón de lluvias escasas asociado al fenómeno de La Niña. Sin embargo, las condiciones se han estabilizado hacia niveles normales. “Ahora estamos viendo un régimen normal, pero es importante que no siga aumentando para evitar inundaciones. Hasta ahora no ocurrió, pero veremos qué pasa en los próximos meses”, advirtió.
Finalmente, González destacó que la próxima semana se espera un nuevo informe del Servicio Meteorológico Nacional para evaluar las perspectivas de diciembre, enero y febrero. Mientras tanto, el sector productivo de Santa Fe sigue monitoreando de cerca el impacto de las lluvias en la región.