El jefe del Estado Mayor llamó a proteger la seguridad pública ante posibles movimientos de Pyongyang.
Corea del Sur atraviesa una compleja coyuntura política y de seguridad. El jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Kim Myung-soo, ordenó a las fuerzas armadas mantener una estricta alerta ante posibles movimientos de Corea del Norte. En una reunión de emergencia, destacó la necesidad de priorizar la seguridad pública y prevenir cualquier aprovechamiento por parte del régimen de Kim Jong-un de las recientes protestas y tensiones políticas en Seúl.
La instrucción surge después de que el Parlamento surcoreano lograra levantar la ley marcial decretada brevemente por el presidente Yoon Suk Yeol. La medida, que generó amplio rechazo, fue vista como un intento de controlar a la oposición, a la que Yoon acusa de "fuerzas afines a Corea del Norte". Sin embargo, su implementación avivó manifestaciones masivas y profundizó las divisiones políticas, obligándolo a retirarla en menos de 24 horas.
“La decisión de declarar la ley marcial fue un error que dañó la confianza en el gobierno y sembró el caos en la sociedad”, señaló el Partido Democrático en un comunicado oficial. Además, los legisladores de la oposición advirtieron que iniciarán un proceso de destitución si el presidente no renuncia inmediatamente. El líder opositor Lee Jae-myung calificó las acciones de Yoon como un acto insurreccional que pone en peligro la democracia surcoreana.
Por otro lado, el ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, presentó su renuncia en medio de la controversia. En un comunicado emitido por el Estado Mayor, pidió disculpas a los ciudadanos por causar "confusión y preocupación" con la aplicación de la ley marcial. Su dimisión busca asumir responsabilidad por la crisis y mitigar las críticas hacia el gobierno.
En tanto, las fuerzas armadas surcoreanas se centran en labores de vigilancia ante el vecino del norte, cuyas acciones podrían desestabilizar aún más la región. Kim Myung-soo instó a las tropas a “mantener una disciplina férrea” y supervisar cualquier movimiento de Pyongyang que pudiera interpretarse como una provocación en el marco de las tensiones internas.
Mientras el panorama político continúa polarizado, la estabilidad democrática de Corea del Sur se encuentra bajo escrutinio tanto nacional como internacional. La respuesta del gobierno y el futuro político del presidente Yoon serán determinantes para superar esta crisis sin precedentes en la nación asiática.