En un emotivo logro que destaca la importancia de la educación a cualquier edad, Manuela Moreno, de 81 años, culminó sus estudios secundarios en la U.E.G.P. N° 172 "Deolindo Felipe Bittel" de Resistencia. Además de ser la alumna con el mejor promedio, fue reconocida como abanderada, un honor que asume con humildad y orgullo.
"Me siento bien al haber obtenido lo que me faltaba como materia en la vida", expresó Manuela, en diálogo con Noticiero 9, al referirse a su regreso a las aulas, un sueño postergado desde los 15 años cuando debió abandonar los estudios para trabajar y, luego, dedicarse a su familia.
Manuela confiesa que, aunque no lo verbalizaba, sentía el deseo de completar su formación académica. Fue su hija quien la motivó a retomar los estudios, recordándole su potencial. "Ella sabía que dentro de mí quedaban esas ganas de haber estudiado. Siempre decía que yo podría haber sido maestra", comentó emocionada.
A pesar del tiempo transcurrido, el regreso a las aulas no fue un desafío insuperable para ella. "Uno se va adaptando y acostumbrando; siempre hay que estar dispuesto a los logros que uno puede recibir en la vida", afirmó.
Manuela no solo alcanzó sus metas personales, sino que también se convirtió en un símbolo de inspiración. “Que sepan que se puede, que nunca es tarde. Esto cambia tu forma de ser, te permite conocer gente y sentirte querido”, señaló, refiriéndose al impacto positivo de esta experiencia en su vida.
Sobre el reconocimiento como abanderada, Manuela expresó gratitud y dedicó el logro a una compañera que también luchó por estudiar a pesar de las adversidades. "No lo hice para ser abanderada, pero estoy feliz de este reconocimiento. Quiero dedicarlo a mi compañera Lidia, que se lo merece tanto como yo".
Manuela subrayó la importancia de la educación en los jóvenes. "Hoy, si no estudian, no pueden trabajar. Antes, uno dejaba de estudiar para trabajar, pero ahora es necesario estudiar para progresar", reflexionó, instando a las nuevas generaciones a aprovechar las oportunidades educativas.
Este logro no solo enriquece la vida de Manuela, sino que también deja una lección imborrable: nunca es tarde para cumplir los sueños. "Estoy feliz y agradecida con todos los que me apoyaron en este camino", concluyó, dejando una huella imborrable en quienes la rodean.