Con la nueva regulación, los precios serán libres y la competencia se amplía a vehículos particulares. “Quizás me convenga quitar el ploteo de Radio Taxi y trabajar por mi cuenta”, afirmó un chofer en medio de la incertidumbre.
La implementación de la desregulación del transporte de pasajeros, anunciada por el Gobierno Nacional a través del Boletín Oficial, ha generado un profundo impacto en el sector. La medida, promovida por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, permite que cualquier vehículo con ciertos requisitos básicos, como la verificación técnica vehicular (BTV), pueda operar para transportar personas, eliminando las restricciones anteriores.
Desde los primeros anuncios, la reacción de los taxistas y choferes de remises ha sido contundente. “El sector está desapareciendo”, afirmó a Radio Nordeste Juan Lamorecia, conductor de radio taxi con más de 15 años de experiencia. “Ya competimos contra aplicaciones que no están reguladas, y ahora nos enfrentamos a un escenario donde cualquiera puede operar. Pagamos impuestos elevados, ploteos obligatorios, y otras habilitaciones municipales que nos dejan en desventaja”.
Los trabajadores del sector también expresaron preocupación por las tarifas. La nueva normativa establece un esquema de precios libres, lo que podría beneficiar inicialmente a los pasajeros en términos de competencia. Sin embargo, los riesgos de una regulación insuficiente ya se están debatiendo. Hoy por hoy, con las aplicaciones, si llueve o hay alta demanda, los precios se disparan. Esta desregulación solo profundizará esas prácticas.
En zonas como el Chaco, donde muchas familias dependen de los ingresos generados por taxis y remises, la situación es crítica. Según estimaciones no oficiales, se han perdido numerosos vehículos habilitados debido a los costos operativos insostenibles. “La competencia desleal nos obliga a repensar nuestra actividad. Algunos compañeros incluso consideran abandonar el ploteo de sus autos y trabajar como particulares”, señaló un chofer entrevistado.
Si bien la medida podría traer opciones más económicas en condiciones normales, también plantea dudas sobre la calidad y seguridad del servicio. La falta de regulaciones claras sobre tarifas en situaciones de alta demanda, como lluvias o eventos masivos, podría significar incrementos desmesurados para los usuarios. Sin una regulación adecuada, el transporte podría convertirse en un lujo ocasional en lugar de un servicio accesible.
El Gobierno defiende la medida como parte de una estrategia de modernización y transformación del Estado, pero los trabajadores del sector insisten en la necesidad de un equilibrio. “Estamos dispuestos a competir, pero en igualdad de condiciones”, concluyó Lamorecia.