Los vecinos reclaman la vuelta de los camiones recolectores y describen una vida rodeada de olores, moscas e infecciones.
En diálogo con N9, vecinos de un barrio céntrico de Resistencia manifestaron su indignación por la acumulación crónica de basura y la falta de respuestas por parte de la municipalidad. La problemática, que comenzó durante la pandemia, se agravó con la instalación de contenedores que no son suficientes para la cantidad de residuos que genera el barrio. “Hace meses que el camión recolector no entra más al barrio. Vaciaron los contenedores, pero lo que queda en el suelo no lo limpian, y así vivimos todos los días rodeados de mugre”, expresó una de las vecinas entrevistadas.
La situación llevó a los residentes a buscar soluciones por cuenta propia. Según relataron a N9, algunos vecinos llegan a pagar de su propio bolsillo para mantener limpia la zona cercana a los contenedores, pero los esfuerzos no son suficientes. “Cuando hay viento, los papeles y las bolsas vuelan hasta nuestras veredas. Vivimos llenos de moscas, y con el calor esto será mucho peor”, comentó otra vecina.
El impacto sobre las familias con niños pequeños es una de las mayores preocupaciones. Una madre describió el desafío diario de llevar a sus hijos a la escuela: “No se puede caminar porque está lleno de basura. Ya no pueden ni jugar a la pelota porque la pelota termina en la mugre”. Según su testimonio, los animales, como caballos y perros, empeoran la situación al desparramar los residuos que ya desbordan los contenedores.
Los vecinos aseguran que realizaron varios reclamos a la Dirección de Limpieza, pero hasta ahora no han obtenido respuestas. En sus testimonios con N9, señalaron que la solución no pasa por los contenedores: “Queremos que vuelvan los camiones recolectores al barrio, como siempre fue, y que saquen estos contenedores. Si los quieren dejar, que los coloquen lejos de nuestras casas”.
El barrio, ubicado a solo 13 cuadras del centro de Resistencia, representa una paradoja inquietante. “Si esto pasa acá, tan cerca del centro, no quiero imaginar lo que será en los barrios más alejados”, expresó una vecina con preocupación. Mientras los basurales crecen y los días se vuelven más calurosos, el hartazgo de los residentes quedó reflejado en un pedido directo a las autoridades: “Necesitamos que nos escuchen, porque no podemos seguir viviendo así”.