En diálogo con N9, Sandro Ricardo Valdez denunció que el municipio le impidió trabajar en el centro, afectando su sustento y el de su familia.
En Resistencia, el avance hacia un sistema inteligente de estacionamiento ha dejado a personas como Ricardo Valdez, cuidador de motos desde hace 18 años, sin su principal fuente de ingresos. En diálogo con N9, Valdez expresó su preocupación por las consecuencias de estas medidas, que considera injustas al no ofrecer alternativas laborales. “Yo no pido que me ayuden; solo quiero trabajar dignamente, como lo hice durante años”, afirmó.
Valdez relató que fue desalojado junto a otros cuidadores por orden de la policía, en cumplimiento de disposiciones municipales. “Nos dijeron que teníamos que retirarnos o nos llevarían detenidos. No dieron explicaciones ni opciones, simplemente nos dejaron sin sustento en plena víspera navideña”, comentó. Valdez es el único sostén de su hogar, donde vive con su esposa y cuatro hijos.
Aunque reconoce los problemas asociados a algunos cuidadores, Valdez pide que no se generalice. “Estoy de acuerdo con que saquen a quienes extorsionan o causan problemas, pero no nos pueden meter a todos en la misma bolsa. La gente y los comerciantes me conocen, saben que trabajo a voluntad, sin imponer nada”, aseguró.
El sistema inteligente de estacionamiento medido, que incluye costos de hasta $700 por hora, busca eliminar las prácticas informales y ordenar el tránsito en el centro de la ciudad. Sin embargo, como Valdez subrayó, esta transición deja en una situación de vulnerabilidad a quienes dependen de este tipo de trabajos.
Valdez manifestó estar dispuesto a adaptarse a las nuevas regulaciones, pero señala que nunca recibió respuestas concretas de las autoridades. “Si hacen una ordenanza, nosotros nos sometemos, pero siempre nos dejaron con mentiras. Solo pedimos que se tome en serio nuestro trabajo y nos den una alternativa”, dijo.
La situación refleja un desafío para el municipio: equilibrar el ordenamiento urbano con el impacto social que genera la erradicación de trabajos informales. En palabras de Valdez: “No se puede mirar para otro lado cuando hay familias que dependen de esto para comer”.