Marianela Ackermann, especialista en nutrición, comparte estrategias para evitar ganar peso durante las celebraciones de fin de año, destacando la importancia de la moderación, la planificación y el disfrute consciente.
Las fiestas de fin de año suelen ser un desafío para mantener un equilibrio en la alimentación. Reuniones familiares, despedidas con amigos y cenas especiales terminan llenando las mesas —y también los platos— de opciones tentadoras. Marianela Ackermann, nutricionista matriculada (MP 2887), ofreció claves prácticas para disfrutar de estas ocasiones sin caer en excesos que puedan reflejarse en la balanza.
Ackermann comenzó aclarando un punto crucial: “Las fiestas no son un momento para empezar un plan de descenso de peso. Ya atravesarlas y mantener el peso es un logro”. Según la especialista, muchas personas colocan expectativas poco realistas sobre sus hábitos alimenticios en esta época, lo que genera frustración.
Uno de los errores más comunes, según Ackermann, es realizar ayunos previos para "compensar" las comidas abundantes de la noche. “Si una persona llega con mucha hambre, es muy difícil tomar buenas decisiones con respecto a los alimentos. La clave está en planificar: hacer comidas previas ligeras, como frutas o ensaladas, y mantenerse hidratado durante el día”.
La nutricionista también destacó la importancia de organizar la cena familiar. “Dividir responsabilidades es fundamental. Una persona puede encargarse de la entrada, otra del plato principal, y así sucesivamente. Cuantas más opciones hay, mayor es la tentación de probar todo”.
Para Ackermann, la moderación es el principio rector: “Servirnos cantidades razonables en el plato ayuda a evitar excesos. Además, comer despacio y disfrutar con los cinco sentidos nos permite escuchar las señales de saciedad que nos envía nuestro cuerpo”. También enfatizó que el foco no debe estar únicamente en la comida, sino en el valor de compartir momentos con seres queridos: “Lo más importante de las fiestas es lo que está alrededor de la mesa, no encima de ella”.
Ackermann alertó sobre los posibles efectos de no seguir estas recomendaciones. “Una persona puede aumentar entre 5 y 7 kilos durante esta época si no tiene en cuenta la moderación y deja de hacer actividad física”. Por ello, remarcó la necesidad de disfrutar las celebraciones sin desoír por completo las señales del cuerpo y sin transformar cada comida en un festín desmedido.
Finalmente, recordó que una cena típica de Nochebuena puede alcanzar entre 3.000 y 5.000 calorías, y que incluso alimentos tradicionales como el pan dulce o el budín aportan aproximadamente 300 calorías por porción. “La disponibilidad es la medida del consumo, así que tratemos de moderar las cantidades”, concluyó.