Ezequiel Vallejos transformó la adversidad en oportunidad con su barbería al aire libre, ubicada estratégicamente en una transitada esquina de Resistencia.
En la esquina de avenida 25 de Mayo y calle 14, Resistencia, Ezequiel Andrés Vallejos encontró un refugio para su oficio. Tras perder su local por la crisis económica, decidió no rendirse y trasladó su peluquería a la calle. Con un cartel sencillo y herramientas básicas, atiende diariamente a decenas de personas, ofreciendo cortes de cabello y barba por $2.000. "Gracias a Dios hay muchísima demanda", comentó Ezequiel en diálogo con N9, mientras atendía a un cliente bajo la sombra de un árbol.
La decisión de emprender en la vía pública no fue fácil. "Era todo o nada", explicó Ezequiel. Su antiguo local dejó de ser sostenible debido al aumento de los costos fijos. Sin embargo, la ubicación estratégica que eligió —en un punto de alto tránsito vehicular y peatonal— resultó clave. "Es mucha la cantidad de gente que pasa por acá, desde trabajadores hasta camioneros. Por suerte, no faltan clientes", relató.
Las tendencias no pasan desapercibidas en su barbería al aire libre. "Piden mucho lo que es degradé y la barba. También atendemos a hombres mayores, incluso con tijera para quienes prefieren evitar la máquina", detalló el peluquero. A pesar de las condiciones simples, su habilidad para adaptarse a las preferencias de cada cliente ha sido fundamental para su éxito.
El precio accesible es otro de los factores que atraen a su clientela. "Aunque parezca irreal, el corte vale $2.000", dijo Ezequiel, señalando que muchas personas con bajos recursos recurren a su servicio. A veces, los clientes deciden dejarle una propina como muestra de agradecimiento. Además, se esfuerza por mantener el espacio limpio al finalizar la jornada, evitando problemas con los vecinos o el municipio.
En su charla con N9, Ezequiel también reflexionó sobre el papel emocional de su trabajo. "A veces la gente viene a cortar el pelo y termina desahogándose. Te cuentan sus problemas, como si uno fuera psicólogo. Es una forma de conectar con ellos, más allá del corte", expresó con una sonrisa.
El hombre sueña con volver a abrir un local propio en el futuro, pero mientras tanto, agradece a quienes confían en su servicio y lo apoyan. "Espero que el año que viene sea mejor para todos. Por ahora, solo puedo decir gracias a la gente, a mi familia y a ustedes que ayudan a difundir", concluyó con optimismo.