La obra pública y los programas sociales fueron los más afectados.
En 2024, las transferencias discrecionales del Gobierno nacional a las provincias experimentaron una caída del 75%, consolidando una tendencia de ajuste que afecta profundamente a las economías provinciales. La provincia del Chaco, aunque menos golpeada que otras, sufrió una pérdida estimada de $195.000 millones respecto a 2023, según un análisis de la consultora Politikon.
“Fue una caída muy fuerte”, explicó a Radio Nordeste Alejandro Pegoraro, director de Politikon, quien agregó que esta baja afectó especialmente a la obra pública, educación y salud.
El ajuste tuvo un impacto severo en los proyectos de infraestructura. “El 60% de los fondos perdidos, unos $100.000 millones, estaban destinados a la obra pública. No hubo inicio de nuevos proyectos ni finalización de los avanzados; solo se realizaron algunas tareas de mantenimiento”, detalló Pegoraro.
El recorte también afectó los fondos enviados al Instituto de Seguridad Social, Seguros y Préstamos del Chaco (INSSSEP) para cubrir el déficit previsional, así como a programas educativos y de salud, cuyos montos fueron “muy pequeños comparados con 2023”.
La situación obliga a las provincias, particularmente al Chaco, a replantear su esquema financiero. Según Pegoraro, “la principal fuente de ingresos sigue siendo la coparticipación federal, que representa el 75% de los recursos de la provincia”. Sin embargo, esta dependencia limita la capacidad del Estado provincial para implementar políticas de desarrollo o financiar infraestructura.
La recaudación propia del Chaco es baja: promedia $30.000 millones mensuales frente a los $200.000 millones que recibe por coparticipación. Ante esta realidad, el ajuste presupuestario se ha enfocado en mantener el funcionamiento básico del Estado, como el pago de salarios y servicios esenciales, dejando poco margen para inversiones.
La reducción de transferencias discrecionales responde tanto a un objetivo fiscal como a una postura ideológica. “El Gobierno de Javier Milei sostiene que las provincias deben financiarse con los recursos que reciben por coparticipación y no depender de transferencias discrecionales”, comentó Pegoraro.
En términos macroeconómicos, estas transferencias representaron solo el 0,3% del PBI en 2024, frente al 1% del año anterior. Aunque no se esperan caídas tan pronunciadas en 2025 debido a la base comparativa ya baja, las transferencias seguirán siendo mínimas.
“Las provincias deberán continuar ajustando sus presupuestos. Algunas, como Santa Fe y Córdoba, ya han recurrido a endeudamiento para financiar obra pública. En el caso del Chaco, esa opción está limitada por su baja capacidad de recaudación propia”, concluyó Pegoraro.