La oposición liderada por María Corina Machado convoca a una histórica movilización contra Nicolás Maduro, mientras el presidente electo Edmundo González Urrutia busca respaldo internacional.
Caracas se prepara para una jornada marcada por tensiones, mientras la oposición venezolana toma las calles este jueves para exigir el fin del régimen de Nicolás Maduro. Encabezada por María Corina Machado, la protesta busca reafirmar la victoria electoral de Edmundo González Urrutia y asegurar su juramentación como presidente legítimo el próximo 10 de enero. “Esa tiranía va a salir y Venezuela va a ser libre”, declaró Machado, quien ha llamado a la población y a la diáspora a unirse en una demostración global de rechazo al chavismo.
Desde tempranas horas, Caracas será escenario de concentraciones en cuatro puntos estratégicos, aunque Machado no ha revelado su punto de partida por motivos de seguridad. Mientras tanto, el régimen ha desplegado un masivo operativo militar para blindar el centro de la ciudad, incluido el Palacio de Miraflores. Este despliegue, acompañado de recientes detenciones de opositores como el activista Carlos Correa y el ex candidato Enrique Márquez, evidencia la creciente represión gubernamental.
“Que el miedo nos tenga miedo”, exhortó Machado en una rueda de prensa, animando a los venezolanos a asistir con camisetas de los colores de la bandera nacional. La líder destacó la unidad como clave en este momento crítico: “Somos un país que tiene tres colores y quiere sus tres colores unidos. Venezuela te necesita”. Sus palabras reflejan un intento de sumar incluso a quienes han sido presionados a participar en las manifestaciones chavistas.
En paralelo, Edmundo González Urrutia, presidente electo según la oposición, continúa una gira internacional para ganar reconocimiento y apoyo. Desde República Dominicana, su última parada, González ha entregado actas de votación que, según él, legitiman su triunfo. “Esas actas son mi verdadera banda tricolor presidencial”, afirmó. Sin embargo, su posible regreso a Venezuela está rodeado de incertidumbre, ya que el régimen ha amenazado con encarcelarlo junto a sus acompañantes internacionales, a quienes Maduro calificó de “invasores”.
La protesta de este jueves se lleva a cabo en un contexto de profunda crisis económica y social, que ha llevado a millones de venezolanos al exilio. Para muchos, esta movilización representa una esperanza de cambio. Sin embargo, las heridas de la represión pasada, que dejó decenas de muertos y miles de detenidos, permanecen frescas. Pese a ello, la oposición insiste en que este es un “día histórico” que podría redefinir el rumbo de Venezuela.