La obra de Martel encabezó el prestigioso sondeo anual del crítico Roger Koza, superando a filmes de Pedro Costa y David Lynch
La ópera prima de Lucrecia Martel, La Ciénaga (2001), fue elegida como la mejor película del siglo XXI en el prestigioso sondeo anual La Internacional Cinéfila, organizado por el crítico y programador argentino Roger Koza. Este reconocimiento sitúa al cine argentino en el centro de la conversación mundial, destacando el impacto de una obra que marcó un antes y un después en la forma de narrar historias en la pantalla grande.
En el sondeo, que reúne las opiniones de cineastas, críticos y programadores de todo el mundo, La Ciénaga superó a películas como No quarto da Vanda, del portugués Pedro Costa, y Mulholland Drive, del estadounidense David Lynch. Además de esta mención especial para la mejor película del siglo, las cintas más votadas de 2024 fueron Tardes de soledad, de Albert Serra, y Grand Tour, de Miguel Gomes. La lista completa, con textos y análisis, está disponible en la página oficial de Koza.
Desde 2011, Koza organiza esta encuesta anual como una forma de mapear las tendencias y los valores más destacados en el cine global. Inspirado por las listas de sus referentes críticos, como Jonathan Rosenbaum y Adrian Martin, el proyecto busca no solo resaltar las películas más mencionadas, sino también aquellas menos conocidas que merecen ser descubiertas. Según el propio Koza, el valor del sondeo radica en su capacidad para ampliar las perspectivas sobre el cine, dando lugar a voces diversas en términos de nacionalidad, edad, género y contexto social.
La Ciénaga es un reflejo de la decadencia social y familiar en la Argentina de principios de siglo, atravesada por la crisis económica y el desgaste de las estructuras tradicionales. Ambientada en un caluroso verano en Salta de los 2000's, la película explora las tensiones entre dos familias de clase media y media alta venida a menos. A través de un magistral uso del sonido y una puesta en escena opresiva, Martel construye una atmósfera que transmite la humedad, el calor y el malestar latente en cada interacción.
La película no solo retrata conflictos explícitos entre los personajes, sino que revela un pacto de silencio que perpetúa la decadencia de generación en generación. Desde el trato racista hacia los empleados hasta las relaciones tóxicas entre los miembros de las familias, Martel expone las dinámicas ocultas que sostienen las tragedias cotidianas. Este enfoque resonó tanto en la crítica como en el público, convirtiendo a La Ciénaga en un emblema del Nuevo Cine Argentino.
El impacto de esta obra radica en su capacidad para hablar de lo que las palabras no pueden abarcar. Martel emplea el lenguaje audiovisual para explorar temas como la herencia emocional, las desigualdades sociales y las fracturas familiares. Su narrativa es un llamado a romper los silencios que sostienen estructuras dañinas, un gesto que trasciende la pantalla para interpelar a las audiencias.
Con esta consagración en La Internacional Cinéfila, La Ciénaga reafirma su lugar en la historia del cine. No solo como una obra maestra del siglo XXI, sino también como un testimonio de la capacidad del cine para reflexionar sobre las complejidades de la condición humana.