Una estudiante de veterinaria ofrece un servicio de cuidado canino sin jaulas en Resistencia, priorizando la socialización y el bienestar de los animales.
Eli Krapovickas, estudiante de veterinaria en Corrientes, encontró una forma innovadora de costear su carrera: cuidar perros en un entorno sin caniles y con un enfoque en la socialización de los animales. En diálogo con N9, la joven compartió detalles sobre su trabajo, que ya cuenta con más de 40 clientes fijos. "Siempre en vacaciones y fiestas se suman nuevos. Por suerte, la mayoría son perros dóciles, y eso me permite que compartan el espacio sin problemas", explicó.
La clave de su método es ofrecer un ambiente libre de jaulas, donde los perros pueden moverse con libertad en un amplio patio y una galería techada. Sin embargo, este formato requiere cumplir ciertos requisitos. "El requisito fundamental y excluyente es que el perro esté sociabilizado. Si no, complica la dinámica del grupo", sostuvo Eli, quien además realiza un proceso previo de adaptación para los nuevos integrantes.
“Cuando llega un perro nuevo, trato de que venga una semana antes para que conozca el lugar y a los demás animales”, detalló. Krapovickas tiene tres perritas pequeñas, que funcionan como "parámetro" para medir cómo se comporta un nuevo huésped. "Es fundamental saber cómo interactúa, porque aquí todos comparten el mismo espacio y cualquier agresividad puede desestabilizar al grupo", agregó.
En promedio, Eli cuida entre 12 y 13 perros al mismo tiempo, incluyendo perros gerontes o en tratamiento médico. "Recibo perros que toman medicación o necesitan atención especial. Yo me encargo de cumplir esas rutinas, y además tengo contacto con un veterinario por cualquier urgencia", comentó. Este nivel de cuidado refuerza la confianza de sus clientes, que dejan a sus mascotas sabiendo que estarán en buenas manos.
Krapovickas destacó que su trabajo no solo requiere habilidades prácticas, sino también mucho conocimiento. "Es un proceso de aprendizaje constante. Hay que saber de comportamiento animal y estar preparada para manejar peleas, porque aunque los perros sean dóciles, pueden surgir conflictos", explicó.
Con un enfoque personalizado y responsable, Eli ha convertido su pasión por los animales en una actividad que le permite avanzar en su formación profesional. "No es solo un trabajo, es una forma de conectar con los perros y sus familias", concluyó.