SALUD

Los calambres nocturnos: causas, prevención y cuándo consultar al médico

01 de Febrero, del 2025 - Destacadas

Por Dr. Ernesto Illiovich

 

En mi práctica médica, uno de los temas más frecuentes que mis pacientes consultan es sobre los calambres nocturnos. Se trata de una molestia común que puede afectar tanto a personas jóvenes y activas como a adultos mayores. Estos espasmos musculares involuntarios, que suelen presentarse en las pantorrillas, los muslos o incluso en la planta del pie, pueden interrumpir el descanso y generar una incomodidad significativa.

Causas principales

Los calambres pueden ser ocasionados por diversas razones, siendo el sobreuso muscular una de las causas más frecuentes. Personas que aumentan su actividad física de manera repentina, sin un acondicionamiento adecuado, pueden experimentar estos episodios debido a la fatiga muscular. A medida que envejecemos, además, la pérdida de masa muscular es un factor determinante. Aquello que antes hacíamos sin dificultad –subir escaleras, caminar largas distancias– puede volverse más exigente para nuestros músculos, que responden con espasmos durante la noche.

Otro factor clave es la hidratación. Los músculos requieren una cantidad adecuada de agua y minerales para funcionar correctamente. La falta de sodio, potasio o magnesio, ya sea por una dieta deficiente, sudoración excesiva o el consumo de ciertos medicamentos, puede predisponer a sufrir calambres. Las personas que pasan mucho tiempo de pie, practican actividad física sin reponer electrolitos o no consumen suficiente agua durante el día tienen un mayor riesgo de padecerlos.

Prevención y tratamiento

Existen diversas estrategias para prevenir los calambres nocturnos. Uno de los métodos más efectivos es realizar ejercicios de estiramiento antes de dormir. No es necesario dedicar mucho tiempo a ello: entre tres y cinco minutos de elongación de pantorrillas y muslos pueden marcar una gran diferencia. También es recomendable mantener una hidratación adecuada a lo largo del día y llevar una alimentación balanceada, rica en minerales esenciales como el magnesio, que se encuentra en legumbres, frutos secos, brócoli y cereales integrales.

Si bien en algunos casos puede ser útil recurrir a suplementos de magnesio, es importante que esto se haga bajo supervisión médica, especialmente en personas con enfermedades crónicas. En ciertos pacientes, como aquellos con diabetes o problemas circulatorios, los calambres pueden ser un signo de una afección subyacente que requiere evaluación médica.

¿Cuándo consultar al médico?

Si los calambres ocurren con mucha frecuencia, interfieren con la calidad del sueño o se presentan junto con otros síntomas, es fundamental acudir al médico. En algunos casos, los calambres pueden estar asociados a problemas vasculares, neurológicos o metabólicos que requieren un tratamiento específico. Por ejemplo, los pacientes con diabetes pueden experimentar calambres debido a una alteración en la función de los nervios periféricos. Asimismo, ciertas enfermedades cardiovasculares y trastornos neuromusculares pueden manifestarse con calambres recurrentes.

En conclusión, aunque los calambres nocturnos son un problema común y, en la mayoría de los casos, benigno, es importante conocer sus causas y aplicar medidas de prevención. Mantenerse hidratado, realizar estiramientos y llevar una alimentación equilibrada son claves para evitarlos. Y, ante cualquier señal de alarma, siempre es recomendable una consulta médica para descartar causas más serias y recibir el tratamiento adecuado.