El expresidente criticó el entorno de Milei y pidió una investigación “seria”. Desde el Gobierno minimizaron sus declaraciones.
El expresidente Mauricio Macri se refirió al escándalo desatado por la promoción de la criptomoneda $LIBRA y apuntó contra el entorno de Javier Milei. "Lo que hemos visto es un Presidente descuidado y mal rodeado", afirmó en una conferencia de prensa en Rosario, donde además reclamó que se lleve a cabo una "investigación seria" sobre lo ocurrido. La moneda digital promocionada en redes sociales por personas cercanas al oficialismo se disparó en su cotización y se desplomó en cuestión de horas, lo que generó sospechas de manipulación y estafa.
Tras reunirse con el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, Macri profundizó su análisis sobre el tema. "Preferiría saber por qué sucedió antes de que la SEC y el FBI nos vengan a decir qué pasó. Esto ha tenido un impacto en la imagen pública del presidente", advirtió, en referencia a la posible intervención de organismos estadounidenses. También remarcó que Milei había logrado captar la atención internacional con sus viajes y discursos, pero que este episodio generó repercusiones negativas.
Macri aclaró que no se comunicó con el Presidente sobre este tema y que su último contacto fue hace diez días, por su cumpleaños. Sin embargo, insistió en la necesidad de que Milei revise su círculo de confianza. "Hay empresas muy respetadas en el mundo cripto que lo han apoyado mucho, ¿y él no consultó a esos señores? Tiene que ser un antes y un después sobre con quién se rodea", lanzó. En cuanto a los pedidos de juicio político impulsados por la oposición, los desestimó: "Cuando uno empieza por ahí, es porque busca hacer daño político. Está en juego la institucionalidad".
Desde el Gobierno, en tanto, evitaron la confrontación y le bajaron el tono a sus dichos. "El planteo va en línea con lo que ya pidió el PRO para que se esclarezca y la Justicia investigue. Está muy bien. No se distancian del Gobierno, plantean una postura ante un hecho puntual", sostuvo el vocero presidencial, Manuel Adorni. De esta manera, la Casa Rosada buscó despejar cualquier especulación sobre un posible quiebre con el expresidente, en medio de la controversia.