El Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de San Isidro dará inicio al proceso este martes 11 de marzo. La acusación es por "homicidio simple con dolo eventual", con penas de hasta 25 años de prisión.
El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona comienza este martes 11 de marzo en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de San Isidro. Ocho personas vinculadas a la atención médica del exfutbolista enfrentarán cargos por "homicidio simple con dolo eventual", una figura penal que prevé penas de entre 8 y 25 años de prisión. La causa, que fue postergada en septiembre de 2024, busca determinar si hubo negligencia y responsabilidad penal en el tratamiento que recibió Maradona en sus últimos días de vida.
Entre los imputados se encuentran el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el enfermero Ricardo Almirón, su jefe Mariano Perroni, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna y la médica coordinadora de Swiss Medical, Nancy Edith Forlini. Según la acusación, estos profesionales incumplieron sus deberes y habrían ignorado señales de alerta en la salud del exjugador, quien falleció el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años en un country de Tigre. La autopsia determinó que su muerte fue consecuencia de un "paro cardiorrespiratorio secundario a un edema agudo de pulmón producido por insuficiencia ventricular izquierda aguda".
Uno de los principales acusados es Leopoldo Luque, médico personal de Maradona, señalado por los fiscales Cosme Iribarren, Laura Capra y Patricio Ferrari como el responsable de haber omitido información clave a la familia del exfutbolista. Además, se lo acusa de haber falsificado una firma de Maradona en un pedido de historia clínica. La psiquiatra Agustina Cosachov también enfrenta acusaciones graves: habría firmado un certificado médico sin haber evaluado al paciente y administrado medicación sin seguimiento adecuado.
El enfermero Ricardo Almirón y su jefe, Mariano Perroni, son juzgados por su rol en los cuidados domiciliarios. Almirón, quien estaba encargado de monitorear a Maradona, habría descuidado su atención bajo la supuesta orden de no molestar al paciente. Por su parte, Perroni es acusado de haber falsificado registros sobre la evolución del estado de salud del exjugador. También está imputado el médico Pedro Pablo Di Spagna, quien habría visitado a Maradona en solo dos ocasiones sin asegurarse de que se realizaran los estudios indicados.
La coordinadora médica Nancy Edith Forlini, quien supervisaba los cuidados domiciliarios desde Swiss Medical, también enfrenta cargos. La Fiscalía sostiene que no garantizó una atención adecuada y que permitió que las decisiones médicas quedaran en manos de Luque y Cosachov. Todos los acusados han negado las acusaciones y alegan que cumplieron con sus funciones según los protocolos establecidos.
El proceso judicial podría extenderse durante varios meses y será clave para determinar si hubo una cadena de negligencias en la atención médica de Maradona. La causa ha generado gran expectativa tanto en el ámbito judicial como en la opinión pública, mientras familiares y seguidores del astro esperan que se haga justicia por su muerte.