Desde la Asociación Argentina de Productores Algodoneros, reiteraron el pedido de diálogo hacia los gobiernos provincial y nacional para afrontar la dura crisis que viene atravesando el sector agrícola fruto de la sequía.
Héctor Linke, presidente de la asociación, volvió a insistir, en diálogo con N9, la necesidad de una mesa de diálogo con entidades productoras y los gobiernos para afrontar la situación que afecta al agro, y en especial al sector algodonero, una de las bases productivas de la Provincia del Chaco.
Esta semana, la AAPA emitió un informe en el que se detalla el impacto de la sequía y se contabilizan las pérdidas ya sufridas y las que se pueden llegar a ocasionar si no se toman medidas. “Cuando empezamos a ver los números nos asustamos”, relata Linke, que estos días participó de entrevistas en numerosos medios para hacer conocer la situación del sector algodonero. Sin embargo, nada de esto pareciera haber llamado la atención de las autoridades. “Hemos salido hoy en varios medios con varias entrevistas, y hasta ahora no hemos recibido ninguna respuesta de parte de los gobiernos”. “Estamos a la espera de ver como tratamos de juntarnos y ver la posibilidad de realizar esa mesa de la que tanto hablo yo, de discutir este tema en profundidad y ver como la posibilidad de que podamos continuar con este cultivo tan bendito, que es el algodón”.
El presidente de la AAPA señala que, si bien esta sequía no es culpa de nadie y se trata de un fenómeno que se da en todo el mundo, el gobierno debería escuchar a los productores cuando ocurren estas catástrofes. “El sector de productores medianos y grandes siempre está a la deriva, solo lo llaman para ser socio de las ganancias”. “Desde el año pasado estamos pidiendo una mesa de diálogo y todavía no recibimos nada… Ojalá que ahora en tiempo de elecciones podamos discutir varios temas y podamos solucionar”, expresó Linke.
Entre las principales demandas del sector, que de continuar esta situación quedaría virtualmente “desfinanciado”, se encuentra el reclamo por el desdoblamiento cambiario y los anticipos de ganancias. El primero genera una distorsión entre el costo de los insumos, que se pagan a valor “blue”, y las ganancias, que se perciben en valor del dólar oficial, que se cotiza a casi la mitad que el dólar paralelo.
Por otra parte, el anticipo de ganancias que exige la Afip resulta en otra complicación ya que el productor debe adelantar un monto frente a una situación de incertidumbre, en donde no se avizoran ganancias sino grandes pérdidas. Linke sostiene que los organismos oficiales conocen la problemática que afecta al sector productivo, y aún así continúan exigiendo anticipos de ganancias como si no existiera emergencia alguna en el sector agropecuario.
En el informe que emitió la AAPA se detalla además otro aspecto, no siempre tenido muy en cuenta cuando se habla de la crisis del “campo”, que es el impacto económico en los sectores urbanos y en los pueblos del interior. “El mejor distribuidor de la riqueza es el productor, que invierte en el pueblo y vuelve a apostar todo lo que tiene al año siguiente”, señaló Linke, que además advirtió sobre el impacto en los trabajos que se podrían perder en las desmontadores o en logística a causa de la pérdida en las cosechas.
El sector industrial también podría verse afectado. Si bien Linke sostiene que por el momento la cosecha de algodón alcanzaría para cubrir mínimamente la demanda local, las heladas podrían complicar esta situación y habría entonces que importar el “oro blanco” de Brasil, a unos precios que elevarían el costo de los textiles, constituyendo así en otro factor más que alimente la inflación.
