En un contexto de dificultades económicas en Argentina, hay una bebida que se mantiene firme en el corazón de los argentinos: el mate, cuyo consumo no deja de crecer.
El encargado de Producción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Marcelo Hacklander, anunció un récord histórico en el consumo de yerba mate durante los primeros cinco meses del año. «Estamos celebrando esta buena noticia que tiene que ver con el consumo, un récord histórico entre enero y mayo de este año», expresó entusiasmado Hacklander en diálogo con Radio Nordeste.
La yerba mate ha demostrado ser un alimento saludable y accesible para todos los bolsillos, lo que la convierte en una opción popular incluso en tiempos de dificultades económicas. «Comparada con otro tipo de bebidas, la yerba mate, con su valor actual en el mercado, termina siendo una de las bebidas más económicas», señaló Hacklander. Además, destacó los beneficios nutricionales de esta infusión, que proporciona vitaminas y ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, especialmente importante en tiempos de pandemia.
La popularidad del mate se extiende más allá de las fronteras argentinas, ya que el éxito de la selección nacional en el mundial del año pasado contribuyó a dar a conocer esta tradición a nivel global. Hacklander afirmó que prácticamente todos los hogares argentinos conocen y consumen yerba mate, y su presencia se ha expandido a otros países limítrofes, como Chile.
A lo largo del tiempo, el mate ha evolucionado y diversificado su oferta para satisfacer los gustos de diferentes consumidores. «El mercado de la yerba mate ha crecido con propuestas que incluyen hierbas mezcladas, saborizadas e incluso endulzadas», explicó Hacklander. Esta variedad ha atraído a diferentes paladares y ha permitido que la yerba mate se mantenga presente en la vida cotidiana de los argentinos, ya sea disfrutando de un mate amargo o dulce, con o sin yuyo.
La yerba mate se ha convertido en un símbolo de identidad y compañía para los argentinos, incluso en tiempos desafiantes. Con su récord histórico de consumo en los primeros meses del año, esta tradicional infusión demuestra su arraigo en la cultura y en los hábitos diarios de los argentinos, proyectando un crecimiento productivo y económico para el sector yerbatero del país.
