La falta de lluvias afecta gravemente la producción de trigo, obligando a los productores a tomar medidas drásticas.
El sector agrícola se encuentra en una situación crítica debido a la sequía que azota al cultivo de trigo. La escasez de lluvias, especialmente en la zona núcleo, ha provocado graves consecuencias para los productores y el futuro de sus cosechas.
El Ing. Juan Pablo Yaquinta, reconocido socio de AAPRESID Regional 9 Bs. As., expresa preocupación por las condiciones climáticas adversas que han afectado severamente la siembra y desarrollo del trigo. «Venimos de un año seco en toda Argentina, con un pronóstico nulo que obligó a retrasar la siembra en un intento desesperado por esperar más lluvias en primavera. Lamentablemente, esa esperanza no se hizo realidad», comenta Yaquinta.
La sequía ha dejado su huella con precipitaciones que representan apenas una cuarta parte de lo que debería llover durante todo el año. Esta falta de agua ha llevado a los productores a tomar decisiones difíciles. Ante la falta de crecimiento y desarrollo del trigo, se han visto obligados a cosecharlo prematuramente y destinarlo como alimento para el ganado.
Esta medida drástica busca aprovechar al máximo los recursos disponibles y evitar mayores pérdidas económicas para los agricultores. Sin embargo, esta solución temporal no resuelve el problema de fondo: la escasez de lluvias y su impacto en los cultivos.
La situación es alarmante, ya que el trigo es uno de los principales cultivos de la región y su producción es vital tanto para el mercado interno como para la exportación. La falta de lluvias no solo afecta a los agricultores, sino también a toda la cadena agroindustrial y a la economía del país.
