Noticiero 9

Son cada vez más los adolescentes con problemas de consumo: “es realmente muy grave la situación”

En la provincia del Chaco hay registro de adicciones al alcohol y la cocaína en niños de 10 años.

El caso de Milton, el joven de 17 años que ahogó a un perro cuando ingresó a robar una garrafa, destapó una serie de circunstancias que lo llevaron a ser buscado por la policía. Su hermano confesó que el menor consume hace al menos dos años y que desde ese momento comenzó a robar y su actitud a cambiar.

Solitario en el barrio, sin amigos, “la droga lo consumió”, expresa el hermano de Milton. Sin posibilidades de acceder a una rehabilitación, por lo costoso que esto significa para una familia de 8 hermanos, el psicólogo social dedicado a las adicciones, Carlos Frettes, nos ayuda a entender cómo enfrentar este caso y acompañar a las personas en estas circunstancias.  

“Es realmente muy grave la situación del consumo de sustancias psicotóxicas en la provincia”, relató, “y no solo de cocaína o marihuana, sino que también se consume mucho alcohol en jóvenes y adolescentes”, agregó. 

En ese sentido, explicó que en la provincia “no tenemos un consumo único, por las características adictivas de las sustancias por lo general se dan policonsumos, es decir que se consume alcohol, marihuana, cocaína y hasta psicofármacos, juntos”.

“Hay mucha cantidad de consumo en jóvenes y mujeres, que ya está casi en paridad en lo que hace al consumo con hombres, y sumado a eso tenemos muchos problemas con el tratamiento, con los lugares donde tratar a las personas en situación de adicciones”, agregó.

Frettes explicó que eso se debe a que “es muy costoso sostener un equipo para tratar adicciones, porque se necesitan psicólogos, psiquiatras, trabajadores y psicólogos sociales, que trabajen con la persona, pero también con la familia y el entorno, con sus grupos de pertenencia”.

Y en esa misma línea, recalcó que “lo que hay que entender es que la internación no es la única opción para una persona en situación de adicción”, que hay otras posibilidades para acompañarlas y ayudarlas que no signifiquen necesariamente un aislamiento.

«Se cargó mucho tiempo a las familias como la responsable, o única responsable, del consumo de las personas, pero no son solamente las familias, son también los grupos de pertenencia que busca cada uno», explica el psicólogo social, y que, por lo tanto, trabajar en el acompañamiento de una persona con adicciones no se agota en la familia, que si bien «tiene su parte, los grupos de pertenencia son muy importantes de tratar también».

Según explicó Frettes, no hay una sola causa que lleve a alguien a consumir, «hay poli causalidades, que tiene que ver con lo que le pasa a la persona que necesita correr a una salida idealizada para sentirse mejor». «Yo lo planteo como la dificultad de poder sostener la frustración, indicó, precisando que esto sucede mucho «en familias disfuncionales, donde el diálogo no está presente».

Las adicciones son parte de una conducta aprendida. Aprendemos a resolver nuestros conflictos a través de la huida, en vez de enfrentar la problemática salimos corriendo.

Carlos explica además, que «las drogas afectan a la parte psicológica, neurológica, física y social de una persona», es decir que «está totalmente intervenida por la conducta adictiva, que claro afecta a la persona y a su familia». 

«En la provincia del Chaco tenemos chicos de 10 años en situación de adicción alcohólica, y en localidades cercanas, y en resistencia también, hay niños y niñas que no superan los 13 años con adicciones a sustancias como la cocaína”.

Las características de iniciación en las adicciones son diferentes en niños y adolescentes masculinos y en niñas y mujeres, explica Frettes, e igualmente lo son las afectaciones. “Esa información la tenemos que dar como parte de la prevención para poder comenzar a entender como abordar la problemática”, agregó.

Por último resaltó que «un adicto sufre mucho, no es alguien que no sufre, no es fácil estar en esa situación». «Y la familia sufre mucho más, por lo general porque no saben o no entienden bien que hacer», dice, y eso se debe a la falta de información.

«Si hubiera información, elementos y recursos para alertar, para darnos cuenta cuando inicia el consumo, antes de volverse problemático, sería todo más sencillo», finalizó.

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