Un reciente reporte publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha puesto de manifiesto una preocupante realidad: en el año 2022, se perdieron en el mundo aproximadamente 1000 millones de toneladas de alimentos.
Este dato, aunque impactante, podría incluso ser una estimación conservadora según advierten los expertos. El informe revela que esta pérdida equivale a desperdiciar cada día la cantidad de alimentos necesarios para alimentar a mil millones de personas.
Este cálculo, derivado del Índice de Derroche Alimentario, resalta la paradoja de una humanidad que, mientras enfrenta la problemática del hambre con 800 millones de personas en situación de desnutrición, derrocha recursos vitales. La magnitud de esta pérdida, valuada en más de 1 billón de dólares, representa aproximadamente una quinta parte de la producción mundial de alimentos, constituyendo lo que se ha denominado como una «tragedia mundial» según el texto citado por la Agencia France-Presse (AFP).
La directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, ha calificado este fenómeno como un fracaso tanto moral como ambiental, señalando que mientras millones padecen hambre, se desperdicia comida a escala global. Además del impacto ético, el derroche de alimentos conlleva graves consecuencias ambientales, siendo responsable de emisiones de CO2 cinco veces superiores a las de la industria aeronáutica y requiriendo vastas extensiones de tierra para su producción, la cual finalmente no se consume.
El informe, desarrollado en colaboración con la organización sin fines de lucro WRAP, destaca que el despilfarro alimentario se distribuye entre diversos actores. Si bien los restaurantes, hoteles y comercios minoristas tienen su responsabilidad, la mayoría recae en los hogares, que representan el 60% de la pérdida total.
Factores como la sobrecompra, la mala gestión de las porciones y la falta de aprovechamiento de las sobras contribuyen significativamente a este fenómeno. Por otro lado, el reporte también subraya que el derroche no es exclusivo de países desarrollados, sino que afecta a todo el mundo, con especial incidencia en regiones de clima cálido.
