En menos de diez días, tres mujeres han sido víctimas de femicidio en el Chaco. La provincia ya se encontraba el año pasado dentro de los distritos con mayor cantidad de femicidios per cápita y este 2024 amenaza con agravar su situación
El fin de semana pasado, dos femicidios ocurrieron simultáneamente en General Pinedo y Tres Isletas, sumándose a otro registrado el 30 de diciembre del año anterior. Esta escalada de violencia ha llevado a la comunidad a cuestionar la respuesta y las medidas implementadas hasta el momento.
Yamila Sotelo, directora del Centro de Investigaciones Psicosociales, expresó a N9 su profunda preocupación por las alarmantes cifras de femicidios en la provincia. «El año pasado Chaco lideró el ranking en casos de femicidios», aseguró Sotelo.
La directora del Centro de Investigaciones Psicosociales señaló que, a pesar de la gravedad de la situación, el gobierno ha vetado leyes relacionadas con la violencia de género. Ante esta realidad, Sotelo propuso un enfoque integral para abordar el problema, destacando la importancia de evaluar y ajustar constantemente las estrategias implementadas.
En este marco, Sotelo presentó dos propuestas clave desde su espacio. En primer lugar, abogó por un seguimiento y tratamiento criminológico y psicosocial para aquellos condenados por femicidios y agresiones sexuales: «Nosotros desde nuestro lugar proponemos que se realice realmente un seguimiento y un tratamiento criminológico y psicosocial a las personas, tanto que están condenadas por femicidios como por agresiones sexuales«.
En segundo lugar, propuso la creación de una «Guardia Comunitaria de Género Marilú Robledo», conformada por miembros de la sociedad civil y profesionales, que trabajaría en conjunto con la policía y el juzgado: «Lo que nosotros proponemos es velar a través de esta guardia, que será conformada por miembros de la sociedad civil, también por profesionales, porque nosotros creemos que la salida a esto es comunitaria, creemos que todos podemos colaborar».
La guardia tendría como objetivo principal velar por la seguridad de mujeres con órdenes de restricción y botones antipánico, mediante un sistema de comunicación tripartito. Este enfoque, según Sotelo, busca humanizar la protección y crear una red social activa para prevenir posibles agresiones.
«Lo que proponemos es algo más cara a cara, o sea, algo más humano, más humanizado, no tanto una llamada, sino algo más bien presente, que las mujeres sepan que se están velando por ellas para que el agresor no se acerque», señaló Sotelo.
Además, subrayó la importancia de concientizar en las escuelas y brindar herramientas para sanar las heridas de la violencia de género en las mujeres sobrevivientes, así como en sus familias y comunidades. Al respecto señaló Sotelo: «Lo que queremos es que se sepa que alguien está atento, que va a haber una red que esté atenta para velar por estas mujeres».
