Una comunicación oficial del interventor de la agencia estatal Télam, Diego Martín Chaher, ha sacudido a las corresponsalías de la reconocida agencia de noticias en el interior del país. El cierre de estas oficinas, al igual que la sede central en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha dejado sin trabajo a numerosos redactores y fotógrafos, marcando el fin de una era para muchos profesionales del periodismo.
La medida ha impactado fuertemente en Resistencia y Corrientes, donde el personal de Télam se encuentra ahora desafectado. Entre los afectados se encuentran tanto trabajadores de planta, con hasta 16 años de antigüedad, como aquellos clasificados como «colaboradores», quienes realizaban coberturas específicas y ocasionales.
En Resistencia, una redactora y un fotógrafo se encontraban en esta última categoría, viendo reducidas gradualmente sus tareas desde diciembre por la oficina central. Por otro lado, en Corrientes, dos redactores han optado por el retiro voluntario ante la incertidumbre económica que plantea la situación, mientras que un fotoperiodista ha decidido no aceptar la oferta, arriesgándose a un despido sin indemnización.
El cierre de Télam a nivel nacional ha sido justificado por el gobierno como una medida para detener las pérdidas económicas de la agencia y para desvincularla de lo que consideran un sesgo político kirchnerista. Sin embargo, quienes critican esta decisión argumentan la larga trayectoria de la agencia y los servicios que brindaba a la sociedad.
